Riquirraque
Riquirraque es una empresa de Inserción Social cuya actividad es la recogida domiciliaria de enseres y su posterior venta como artículos reutilizados. Gracias a ello, permite la contratación de personas con dificultades de acceso para el empleo normalizado. La entidad nace en el año 1998 con el objetivo de ofrecer una oportunidad de empleo a personas pertenecientes a colectivos especialmente desfavorecidos y con menos posibilidades de acceso al mercado de trabajo ordinario por presentar altos índices de déficit de empleabilidad.
HISTORIA
Dar continuidad a proyectos de la economía social y solidaria: el caso de Riquirraque – Emaús Asturias
Riquirraque nace en Asturias en 1998 como una asociación que trabaja por la inserción laboral de las personas vulnerabilizadas y el cuidado del medio ambiente. Inicialmente, la formaban profesionales del ámbito de la economía, el trabajo social y el medio ambiente educadas en el oficio de recuperadoras. En 2002, la asociación se profesionaliza al empezar a colaborar con la Fundación Emaús, dedicada a la recuperación, reutilización y reciclaje de residuos voluminosos y desde entonces, también se convierte en una empresa de inserción sin ánimo de lucro.
Cuando la Fundación Emaús deja de actuar en Asturias, las trabajadoras de la entidad crean Emaús Asturias para dar continuidad al proyecto Riquirraque y las 12 personas en plantilla. Hoy en día, su objetivo es actuar contra las causas de la pobreza y ser un motor de transformación social poniendo a las personas vulnerabilizadas en el centro.
Un espacio adecuado
Sin embargo, para llevar a cabo su actividad profesional, requieren de un espacio que se adapte a sus necesidades que incluyen la formación, el comercio, el almacenamiento o la gestión de residuos… La entidad llevaba a cabo las sus funciones en una nave de alquiler hasta 2022, cuando finalizó el contrato y les resultó imposible encontrar otra de condiciones similares dentro del área de actuación.
Por último, apareció otra opción viable, pero necesitaba modificaciones importantes para hacerla segura. Para poder instalar el equipamiento del proyecto, debía pasar por un proceso de adecuación a la normativa de protección contra los incendios, iluminación y ventilación. La reforma comportaba un esfuerzo económico que Riquirraque – Emaús Asturias era incapaz de asumir sin un préstamo.
Una apuesta por la banca ética
La primera opción a la hora de contratar el préstamo fue Fiare Banca Ética, pero como no les podían conceder la totalidad de la financiación que necesitaban, solicitaron también una parte a COOP57.
«Confiar en las entidades de finanzas éticas fue sencillo», dice Soledad Cabral, responsable de administración y del área financiera del proyecto. Riquirraque – Emaús Asturias, COOP57 y Fiare Banca Ética comparten inquietudes por las personas a las que acompañan. También actúan con perspectiva ambientalista, reconociendo el impacto del consumismo en el planeta e incidiendo en prácticas que lo rebajen.
El único aspecto que asustaba a las socias trabajadoras de Riquirraque – Emaús Asturias, era no conseguir los avales solidarios que precisaban por el préstamo, pero finalmente no supuso ningún problema: «Una vez nos lo planteamos no resultó difícil, sino, más bien, gratificante. Fue muy bonito ver el apoyo con el que cuenta nuestra entidad».
Un beneficio colectivo
Gracias a la banca ética, la actividad de Riquirraque – Emaús Asturias no se ha visto resentida y han podido continuar dando servicio a los y las usuarias de proyectos sociales y acciones formativas. También ha permitido mantener en plantilla a las personas que trabajan en la empresa de Inserción. «En lo personal ha sido una apuesta importante, pero estamos muy contentas de haberla hecho», concluye Cabral.